Mujeres potencia epistemológica-política:
La idea al redactar esta entrada no es resumir el
artículo de Mariana Alvarado titulado
Mujeres en América Latina: des(Re)encuentros. Si no es retratar
mis impresiones al leerlo. Mariana en la
construcción de su conocimiento parte de un ejercicio esencial “posicionarse en
un lugar” y ubicarse como objeto y sujeto de conocimiento. Muchas veces y por
arrogancia de la academia pretendemos que un “estado de la cuestión”
someramente citado , ojala con algunos
anglicismos, nos permita escribir nuestros artículos desde la investidura de un
sujeto universal. Olvidamos que es el texto el que pasa por nuestro cuerpo de
manera inevitable y que nuestro cuerpo tiene cicatrices de un pasado en común y
de un presente único.
El encontrarse como mujer hermeneuta-epistemóloga de su propia historia. ¿Qué puede decirle? Le conté quien soy yo, dice Mariana en su
texto. El contar quien soy yo, ejercicio desprestigiado por los conocimientos hegemónicos, se convierte en un nuevo paradigma. Sin
embargo posicionarse no puede ser de manera caprichosa. Es reconocer un pasado
en común con distintos procesos políticos-económicas-culturales que nos han
estado formando:
Pero nosotras como mujeres latinoamericanas debemos reconocer la importancia de cómo un
sujeto se reconoce como tal. Yo me
pregunto ¿Cómo llegue a ser mujer? ¿Cómo llegue a ser costarricense?, ¿Quién me dijo que yo era joven?. Significa regresar a la pregunta básica de
toda filosofía ¿Quién son yo? . Antes
estas cuestiones la colonialidad de poder nos puede dar bastantes luces:
Una de las propuestas más interesantes del
feminismo poscolonial es reconocer que
no se expone a un texto sino se expone a si mismo. Significa encontrar en mi
cuerpo las marcas coloniales y patriarcales que hemos naturalizado y en tanto
naturalizadas creemos que estuvieron y estarán siempre ahí. Contestar las preguntas que hice con anterioridad requiere
desde una educación poscolonial, intersocial e intercultural reconocer
como la modernidad trajo una nueva forma
de relacionarse con los individuos por medio estado-nación. Aceptar que la
historia de acumulación de capital es también la del patriarcado.
Sin embargo lo principal que me despierta el
texto de Marina Alvarado es encontrarnos con la capacidad de desconocernos para
reconocernos. Este ejercicio implica identificar los tipos de conocimiento que
borra el colonialismo para luego reivindicarlos. Comencemos por aceptar y enunciar desde donde
hablamos, para quien hablamos, que está pasando en nuestro entorno ( conciencia
ubi geo-socio-politico-economico) y
nuestra lugar en la subalternidad.
“Escucharnos, interpelarnos, decir quiénes somos,
encontrarnos, estamos en eso “ (Alvarado,p21)